
11 Ago La era de la IA: un punto de inflexión para las marcas y las agencias. Informe realizado por OMG Argentina, miembro de CAAM
La Inteligencia Artificial dejó de ser una promesa futurista para convertirse en una herramienta omnipresente que transforma la vida cotidiana, los negocios y, especialmente, la manera en que las marcas se conectan con sus audiencias. Este reporte muestra cómo en Argentina la adopción fue tan veloz como masiva, con más de 27 millones de usuarios activos, impulsando el uso de plataformas generativas en todos los ámbitos: desde lo educativo y profesional, hasta lo doméstico y emocional. Marcas, usuarios y creadores están redefiniendo el presente en tiempo real, guiados por una tecnología que automatiza, personaliza y acelera decisiones.
Para las marcas, esto representa una oportunidad sin precedentes. La IA ya no solo optimiza procesos; se convierte en un terreno creativo. Desde acciones que muchas marcas comenzaron a hacer con IA que capitalizan tendencias visuales y memes generativos, hasta experiencias personalizadas con IA como asistentes de estilo, juegos, rutinas automatizadas o servicios de apoyo emocional, se abre un nuevo ecosistema donde la marca puede actuar como una “agente cultural” en tiempo real. Pero este potencial viene con un nuevo set de reglas: el público está más atento, más crítico, más entrenado en distinguir el artificio del error. La vara sube.
Para las agencias, el desafío es profundo: debemos mutar de expertos en mensajes a diseñadores de sistemas de conversación, experiencias y soluciones con IA. Esto implica no solo adoptar herramientas —como Omni Assist en nuestro caso—, sino también repensar los workflows, los procesos de creación, los equipos y hasta los modelos de negocio. Es un llamado urgente a integrar la IA como parte estructural de nuestra propuesta de valor y no como un “plus” táctico. La IA ya no es un recurso más en la caja de herramientas; es la nueva interfaz del marketing.
En este nuevo escenario, el rol de la agencia debe ser doble: acompañar a las marcas a capitalizar las oportunidades (hype, automatización, personalización, eficiencia), y al mismo tiempo sostener el criterio humano como ancla ética, creativa y estratégica. La creatividad, ahora más que nunca, requiere dirección, curaduría, sensibilidad y propósito. La IA nos potencia, pero no nos reemplaza. Queda en nosotros liderar este cambio como aliados estratégicos, con la inteligencia —artificial y humana— como aliada del negocio y de la cultura. Porque lo que viene, lo diseñamos hoy.
Frente a esta nueva era, no alcanza con adoptar IA: hay que diseñar con IA. Las marcas que lideren no serán las que más contenido produzcan, sino las que mejor entiendan cómo usar la inteligencia artificial para crear valor real, emocional y cultural. Y las agencias que prosperen no serán solo creativas o eficientes, sino aquellas capaces de orquestar tecnologías, audiencias y narrativas con una visión estratégica integrada. La IA es una prueba de evolución. Estamos ante una bisagra de industria. Quien entienda esto primero, ganará no solo en performance, sino en relevancia.